Leche frita

¡Descubre el placer de lo clásico con la leche frita!
En el mundo de la repostería, hay ciertos clásicos que nunca pasan de moda, y la leche frita es sin duda uno de ellos. Este postre, que combina lo mejor de la suavidad láctea con una capa crujiente y dorada, es una delicia irresistible que ha conquistado paladares durante generaciones.
En este blog, te invitamos a explorar el arte de preparar la leche frita, desde sus humildes orígenes hasta su posición privilegiada en la mesa de postres de cualquier ocasión especial. A través de esta receta tradicional, te sumergirás en la rica historia y el sabor único de este postre español.
Acompáñanos en un viaje culinario donde aprenderemos juntos los secretos para crear la leche frita perfecta, desde la cuidadosa cocción de la crema de leche hasta el toque final con azúcar y canela. Con cada paso, te acercarás más a la magia de este postre clásico que seguramente se convertirá en uno de tus favoritos.
Ya sea que decidas disfrutarla como postre después de una comida especial o como un dulce tentempié para compartir con tus seres queridos, la leche frita siempre será una elección ganadora que deleitará a todos los que le prueben. ¡Prepárate para deleitar tus sentidos y descubrir el placer de lo clásico con cada bocado de leche frita!
Ingredientes:

• 750g de leche entera
• 1 palo de canela
• Piel de medio limón
• 2 yemas de huevo
• 150 g de azúcar blanco
• 100 g de maicena para rebozar
• 60 g de harina de maíz (tipo Maicena)
• Aceite de girasol en cantidad suficiente para freír
• 1 huevo batido para rebozar
• Azúcar y canela en polvo para rebozar

Elaboración:

1. En un cazo a fuego medio, calentamos 500 gramos de leche entera con 150 gramos de azúcar blanco, 1 palo de canela y la piel de medio limón. Una vez que el azúcar se disuelva por completo, retiramos del fuego y dejamos que infusione.
2. En un bol, combinamos los 250 gramos restantes de leche entera con 2 yemas de huevo, mezclando hasta integrar por completo.
3. Agregamos 60 gramos de harina de maíz a la mezcla de leche y yemas, asegurándonos de integrar completamente todos los ingredientes. Reservamos esta mezcla.
4. Retiramos el palo de canela y la piel de limón de la leche infusionada.
5. Incorporamos la mezcla de yemas, leche y harina de maíz a la leche infusionada, mezclando bien.
6. Cocinamos la mezcla a fuego medio-bajo hasta que espese, removiendo constantemente para evitar que se pegue al fondo del cazo.
7. Una vez espesada, vertemos la mezcla en un molde de aproximadamente 20 x 20 cm, previamente engrasado. Alisamos la superficie , cubrimos con film transparente y refrigeramos durante toda la noche para que cuaje por completo.
8. Cuando la mezcla de la leche esté completamente cuajada, cortamos la mezcla en 9 porciones y las rebozamos. Para ello, preparamos un plato con 100 gramos de maicena y otro con 1 huevo batido. Primero rebozamos cada porción en harina de maíz y luego en huevo batido.
9. Calentamos suficiente aceite de girasol en una olla o sartén a unos 180ºC. Freímos las porciones de leche frita rebozadas por ambos lados hasta obtener el dorado deseado.
10. Retiramos la leche frita del aceite y la colocamos en un plato con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
11. Finalmente, pasamos las porciones de leche frita por una mezcla de azúcar blanco y canela en polvo al gusto. Servimos la leche frita templada o fría según preferencia.